lunes, 26 de enero de 2009

El por qué de tus miedos


Todos los hombres lo han sentido alguna vez.
A la hora de acercarse a una mujer con intenciones sexuales, especialmente si ésta se encuentra en un grupo en ese momento, y no sola, el hombre duda, siente un nerviosismo típico de la situación, se pregunta si fallará, tiene miedo a ser rechazado, ridiculizado e incluso agredido por el grupo en el que se encuentra esa mujer. Esto, que tiene algo de miedo irracional, pero que como veremos también explica la biología y la evolución, es sin ninguna duda, el obstáculo más grande que puede tener un hombre para conseguir una relación, una pareja, una compañera sexual. Hasta el punto de que esta situación puede mantenerse durante años, e incluso, en casos extremos llevar a que el macho (hablando en términos biológicos) no se aparee nunca. 
Pero estos miedos, como casi cualquier comportamiento humano, tienen una razón de ser, no aparecen "de la nada" o "porque sí". La Psicología bien conoce ya, a estas alturas de la película el origen de estos miedos. 
El ser humano, hace aproximadamente un millón de años, vivía en pequeños grupos recolectores y cazadores. Bien se podría decir que vivía en "tribus", es más algunas sociedades actuales todavía conservan esta organización. En una tribu, no solía haber muchos machos, pero tampoco solía haber muchas hembras. Por naturaleza, el hombre siempre ha evitado la cosanguinidad al aparearse (los genes se debilitan y mutan si las parejas son próximas entre sí en términos de cosanguinidad, y la naturaleza prima siempre la variedad genética). Por tanto, los machos, tenían que salir fuera de su tribu para aparearse. Pero como es lógico, los machos de las tribus vecinas, no recibían con los brazos abiertos a los machos que intentaban aparearse con "sus" hembras. Por otro lado, las hembras ponían a prueba a los machos aprovechando estas contiendas entre ellos fruto de la competencia para el apareamiento. Debido a su inferioridad física, a las hembras les interesaba enormemente comprobar por sí mismas, o de alguna manera, que los "aspirantes" eran los más aptos, en términos de supervivencia, para el apareamiento.
Estos comportamientos ancestrales, han llegado hasta nuestros días. Todavía existen circuitos cerebrales que de alguna manera "recuerdan" esta rivalidad, esta competencia. Por tanto, cuando un hombre intenta acercarse a una mujer para aparearse, el cerebro activa la alarma en forma de stress, de nerviosismo, de activación, de adrenalina. El macho tiene que estar preparado para repeler un posible ataque del resto de los machos, que compiten con él para aparearse con esa hembra. El macho tiene que ser consciente de que si falla, se expone a una agresión por parte de los demás machos de la tribu (de la discoteca, del pueblo, del trabajo...). Por otro lado, si el macho falla en su propósito, no tardará en ser ridiculizado tanto como por los machos como por las hembras de ambas tribus, debe ser disuadido de un nuevo intento por todos los medios. Las hembras de esta manera, se aseguran de que si no vuelve, no tiene lo que hay que tener como para ser digno de aparearse con ellas. 
La naturaleza hace muy bien su trabajo. No debemos creer que tras un millón de años de evolución, ha dejado de hacerlo.

La próxima vez que os acerqueis a una mujer con la intención de seducirla y sintáis nerviosismo, ansiedas y stress, pensad que todo funciona bien, y que la naturaleza se asegura de que el plan se ejecuta según lo previsto. Pero no dejéis que eso os aparte de vuestro objetivo.

Seguiremos más adelante con todos estos temas.

1 comentario:

  1. Hola tal vez sea un caso perdido, me paso lo siguiente:
    Conoci a una chica muy linda en la parada de camion un lunes, platicamos de temas generales etc., ella me dijo donde trabajaba, y se fue.
    La fui a buscar el viernes, y efectivamente ahi estaba, me acerque y le dije: Hola te acuerdas de mi-Ella dijo: No- Le dije: El lunes bajo la lluvia en la parada-Ella: Ahh si recuerdo
    El chiste es que le dije que pasaba a saludarla por que me acorde que me dijo donde trabajaba, al final me dijo ahh, se fue a atender a un cliente, y yo me quede ahi en el mostrador, me puse a ver los zapatos pero todos eran para mujer. Paso junto a mi y le dij en tono de broma: “Ni para que me ayudes a escoger uno”.
    Ella entendio otra cosa y me dijo ahh necesitas ayuda, y le dijo no gracias, y me dijo ahh ok y se fue.
    Yo me sentia tan inseguro, que mejor me fui.
    Creo que lo unico bueno que saque de esto es que me atrevi a buscarla, pero no sirvio de mucho.
    Oajala me pudieran ayudar a ver mis errores y como mejorar

    ResponderEliminar