jueves, 22 de enero de 2009

Las bases bilógicas y evolutivas de la seducción


Seguimos ahondando en la idea de que las bases de la seducción son biológicas.
Y lo son porque para la evolución de la humanidad, la reproducción es una cuestión vital para la especie, y por lo tanto la naturaleza se ha asegurado de que este aspecto está bien diseñado y que funciona para los fines por los que existe: conseguir una diversidad genética tal que permita que la especie mejore y sobreviva el mayor tiempo posible. La historia de la humanidad es una historia de supervivencia al medio, y en eso ha tenido un papel fundamental el acierto de la estrategia reproductiva. 
La especie humana es peculiar en la naturaleza. Las crias humanas no son capaces ni de ponerse en pie al nacer. Esto no es fruto de la casualidad, esto es resultado de la evolución. Nuestros antepasados comenzaron a caminar erguidos, y por lo tanto, las hembras no tuvieron más remedio que estrechar un poco la pelvis para permanecer en esta posición. Pero los bebés, a consecuencia del crecimiento del cerebro en general, y del neocórtex en particualar, cada vez nacían con el cráneo más voluminoso. La naturaleza llegó a una solución: los niños humanos, deberían de nacer "prematuros". Es decir, había que hacer que nacieran más pequeños, para hacer que una cabeza cada vez más grande, pasara por un agujero cada vez más reducido. Pero la consecuencia era que un humano, no podía defenderse solo hasta que pasaran muchos años después del nacimiento. Por lo tanto, había que crear una estrategia que permitiera la protección de esos indefensos niños prematuros.
La naturaleza, una vez más, pensó en términos de supervivencia. La solución fue muy simple: había que conseguir que el padre y la madre de ese niño, permanecieran con él hasta que pudiera defenderse por sí solo. Esto no es así en otras muchas especies, en la que los progenitores abandonan a su suerte a las crías casi inmediatamente después de nacer. Esto implicaba que las parejas humanas, deberían estar juntas, al menos unos cinco años. Mas allá de eso, la naturaleza, tal cual, no ha diseñado ninguna solución.
Esto explica la diferencia indiscutible de roles entre el hombre y la mujer a la hora de la seducción. Y no solo de la seducción, porque, aunque las feministas intenten negarlo, se está demostrando que los cerebros de los hombres y de las mujeres, son diferentes.
La mujer intenta atraer un hombre que le ofrezca protección a ella y a sus hijos. El hombre se siente atraido por una mujer que le garantice que sus hijos van a ser sanos. Esto explica por qué los hombres buscan en la mujer, fundamentalmente, la belleza física (garantía de salud) y por qué las mujeres, buscan otras cosas (a las que ya nos dedicaremos) que garantizan la seguridad y la protección tanto de ellas mismas como de sus hijos.

Seguiremos investigando en próximos posts sobre estas materias.

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